La boda de Paloma, una novia de celestes y dorados

En mi taller hay una máxima: la novia es la que inspira el ramo, por eso todos mis ramos hablan de cada una de ellas. Son un reflejo de su personalidad y de su estilo pero, sobre todo, de cómo se imaginan su día más especial. La boda de Paloma, una novia de celestes y dorados, estuvo cargada de romanticismo y elegancia. Y el ramo no podía ser menos, una creación dulce y sofisticada hecha a su medida.

Desde el momento en el que entró en el taller de Dilo con una Flor me transmitió su ilusión y una alegría desbordante. Tenía claro que quería un ramo de estilo romántico, de tonos suaves y que fuera en armonía con sus zapatos y los complementos de su vestido. Trabajando en equipo con Clara Brea Design, diseñadora del vestido y Silvia de Puntulina Tocados, que se encargó del tocado y los apliques del vestido, creamos un conjunto armónico con un toque vintage.

El ramo de flores preservadas estaba compuesto de hortensias, rosas, paniculata, estoebe, boato y eucalipto. Un conjunto bañado en tonos celestes y dorado opaco a juego con los zapatos diseñados por José Illana Artesanos. Para reforzar el estilo romántico y fino del ramo añadí en la empuñadura un lazo de terciopelo azul celeste.

Paloma brillaba con un vestido de aire medieval con mangas caídas y una falda larga y fluida con quillas en gasa de seda. Los hombros al aire estaban rodeados de adornos trenzados y en la espalda caía una delicada pieza de gasa. El cinturón y el tocado estaban trabajados con sumo cuidado y pensando en cada detalle. En ambos casos se trataba de un conjunto de multitud de pistilos hechos de porcelana artesanal envejecida intercalados con pequeñas hojas y flores.

Para poner el broche final, creé las coronas y ramilletes de las niñas de arras, en perfecta conjunción con el ramo. Además, Paloma me encargó réplicas para las madres. Ya sabéis que son reproducciones a pequeña escala del ramo, un detalle de lo más emotivo. A sus amigas les sorprendió con cajitas de flores a juego. Y, para ellos ¡también había sorpresas! El novio lució un prendido en la solapa, el mismo que preparé para los padres de él y de ella.

Es imprescindible que los profesionales del sector nupcial nos pongamos al servicio de los novios en un día tan importante, por eso es estupendo poder colaborar entre nosotros para crear su estilismo soñado. Los ramos son piezas cargadas de simbolismo, que pasan a ser un recuerdo para el resto de la vida. Un recuerdo que se puede tocar y oler durante mucho tiempo, y que te remonta una y otra vez a ese “sí, quiero”.

El espectacular Palacio de Aldovea fue testigo del enlace de la boda de Paloma, una novia de celestes y dorados, además de Fernando Moina MakeUp, encargado del peinado y maquillaje y el fotógrafo Ernest Weber, encargado de congelar los mejores momentos.

 

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