Cada boda es única y la de Sandra y Aitor fue alucinante y en tiempo récord
Me llamaron pocas semanas antes de la fecha… Solamente tenían asegurado el “¡Sí, quiero!”
Nos pusimos en marcha, después de una gran tormenta de ideas con ellos. Tenían mil ideas y deseos, pero una premisa muy clara: “Queremos una boda divertida, informal, con momentos únicos y que todos nuestros invitados disfruten al máximo”.
Contratamos a los mejores proveedores: un equipo de iluminadores, mobiliario, menaje y, por supuesto, flores, transformaron su finca en un lugar de ensueño.
Llegó el gran momento, pero antes maquilladora y estilista dieron el toque final para que Sandra luciera maravillosa.
El equipo de vídeo y fotografía registró cada momento de la ceremonia, y consiguió que cada uno de los invitados se sintiera protagonista en el photocall.
Un catering perfecto, con una selección de vinos en la que tuvo mucho protagonismo Aitor consiguió una cena increíble
Pero lo que todos recuerdan sin duda es la fiesta que empezó después: un fantástico grupo cubano, DJ, animadores… Una parranda de la que ninguno de los que estuvo se va a olvidar nunca.
Fue un reto para mí coordinar contrarreloj para lograr tener ahí a todos estos estupendos profesionales y estar pendiente de los novios durante el gran día en cada momento para anticiparme a cada necesidad e imprevisto.
Estoy muy feliz de que Sandra y Aitor me dejaran contribuir a montar su maravillosa boda con guiños mexicanos y españoles. Pero como una imagen vale más que mil palabras, mirad por favor el vídeo y las fotos, y contadme cómo imagináis la vuestra…
